miércoles, 31 de agosto de 2011

Los Famosos Túneles de León

     Hoy casi desperté con una noticia que movió mi curiosidad: "El alcalde aprueba que se rescaten los túneles de León".

      Pues sucedió, que en estos días, un grupo de albañiles que se encuentran haciendo remodelación en una casona antigua por la calle Pedro Moreno, a unos 100 metros de Catedral, encontraron lo que pudieran ser sótanos que se conectan a un túnel.


     El tema de los túneles, no es un tema nuevo para los que habitamos ésta ciudad, de hecho, es una de las historias más comentadas, ya que pasa de generación en generación como tradición oral. Pero quizá, lo que más riqueza le da, en cuanto a si existen o no , es la cantidad de consejas que dejan la especulación sobre sus orígenes y usos.
     Algunos dicen que fueron construidos por los españoles tras fundar la población con el fin de embovedar y dar cause al agua, que en tiempos de lluvia cruzaba  por arroyos e inundaba la villa. Otro origen parecido es el de que fueron construídos para llevar el precioso líquido del Ojo de Agua (hoy parque Hidalgo) a la villa.
    También se cuenta que fueron hechos para protegerse de los ataques chichimecas que azolaban la región. Entre otros usos, se cuenta que fueron usados por los españoles ricos para protegerse ellos y sus riquezas cuando lo de la Alhondiga de Granaditas allá en Guanajuato y demás batallas de la guerra de Independencia. Historias parecidas nos hablan de como los conservadores los usaron con el mismo fin en épocas de la guerra de Reforma y  del Imperio de Maximiliano.
    Que no faltó quien lo usara para protegerse de la Santa Inquisición. Que se usaron para mantener apasionados amores prohibidos. Se cuenta que los estudiantes del seminario lo usaban con este mismo fin en complicidad de las muchachas que estudiaban en el Beaterio (la PREVO). Y que no faltó el fraile que se daba sus escapaditas para encontrarse con alguna señorita o monja para "quien sabe que cosas".
   Se afirma que en los túneles había cubiculums que eran utilizados, como en la época oscurantista, para estudiar por los frailes o monjes, que igual se trasladaban por ellos de un templo o convento a otro.

Catedral Basilica de León Gto. Vista desde la calle Hidalgo

     Más recientemente se especula, que también fueron utilizados en plena guerra cristera ya sea para resguardo o para escapar del ejercito federal, y que esto bien lo platicaba el mismísimo Obispo Emeterio Valverde y Tellez.



     Lo cierto es que  hace, exactamente, 82 años, un 22 de Agosto pero de 1929, el tema de los túneles también era noticia, pues trabajadores que realizaban obras de pavimentación (asfalto con chapopote) en la placita El Baratillo, en la parte oeste del que fuera el Mercado Hidalgo, ó Parián (en el mero centro de esta ciudad), dieron con una entrada que al parecer contenía varias ramificaciones que se extendían a hacia varios lugares. Aquella vez también se hicieron algunas exploraciones, encontraron algunos huesos humanos y de animales, algunas figurillas de ídolos Chichimecas, haciendo suponer que en tiempos de la Colonia, los esclavos o sirvientes indigenas hacían ahí sus ceremonias a escondidas de los Españoles. Las consejas populares salieron a relucir, así como querer creer en la cantidad de tesoros escondidos bajo tierra, y al respecto, el periodista que cubrió la noticia en aquél entonces, escribió en su periódico "El Correo", una leyenda que a continuación  transcribo.



     "En quien sabe que remoto año de principios del siglo dieciocho, regía los destinos de la Villa de león, el capitán D. Joaquín de Zegama y Urueta, quién tenía un hermano de nombre Gerónimo que llevaba los mismos nombres como hidalgos castellanos que eran. Los dos hermanos, para sus negocios de campo y mercantiles, contrajeron una deuda de quince mil pesos con el capitalista español D. Lucas de Careaga, cuya suma se encontraba preparada para ser cubierta a su vencimiento, cuando ocurrieron muy graves disgustos entre Careaga y los Ladrón de Zegama.

Calle Pedro Moreno

   
     Cierta noche la Villa entró en alarma por la aproximación de una crecida horda de Chichimecas feroces y con tal motivo Don Gerónimo de Zegama y Urueta, de su mozo de confianza Pedro Aguilar bajó al subterráneo las quince talegas, encerrándolas en un nicho que fue tapiado con piedra y barro.

     Pasada la alarma no fue recogido el dinero, debido a que los disgustos se ahondaron, más de allí a los pocos días, a las once de la noche, fue recogido por la ronda de corchetes, el cadáver de Don Gerónimo Ladrón de Zegama y Urueta con una estocada que le partía el corazón y la capa con grandes cortes de arma blanca, mientras yacía rota a un lado la espada del difunto.

     Enconáronse con eso los ánimos y Don Joaquín, hermano del difunto y autoridad increpó con dureza y hasta presionó para que se le pagara; pero no habiendo respuesta se quejaron al virrey, haciendo lo posible, que hasta y llegaron sus quejas hasta el Rey de España, acompañando copia del juicio instaurado en contra de los Ladrón de Zegama. Parece que los Careaga aún se refugiaron en México en espera de la justicia Real.

     Mientras tanto Don José Joaquín hombre orgulloso como legítimo hidalgo hispano permanecía en la Villa de León, dispuesto a dar muerte con su propia mano a los Careaga.

     Sabedor de la queja llevada hasta el Rey, a quién se había elevado un memorial hecho por otro amigo suyo, un abogado Dávalos, se preparaba para los resultados, deshaciéndose de sus cosechas y otras cosas y acopiando dineros que iban a parar al depósito del subterráneo, por manos del criado, Pedro Aguilar.

     Un día llegaron a León los Careaga, acompañando al nuevo justicia que lo era el capitán español Don Sebastian N...quién procedió a deponer por orden del Rey, a José Joaquín. Incontinente se procedió contra los dos hermanos Ladrón de Zegama y Urueta, tomando posesión de ellos los Careaga.

     Antes de abandonar la casa, Don José hizo emparedar sus alhajas y sólo se reservó sus armas y alguna ropa, saliendo por la noche con destino al norte, para ampararse al lado del marqués del Aguayo que mandaba las milicias en Texas.

     Antes de partir dejó dinero a Aguilar para que se sostuviera sin servir a otra persona y esperara la llegada de sus hijos que se hallaban educándose en España. Aguilar esperó por espacio de muchos años hasta que se le agotaron los fondos y entró entonces a servir a las órdenes de Don Pedro, hermano del marqués de Rayas. Al lado de este noble fue a España, regresando sin haber encontrado a los hijos de Don José Joaquín, de quienes supo tan solo "que andaban en las guerras del archiduque"

     De regreso a la Villa conservó su secreto, sin disponer del dinero y visitando el sitio alguna vez. La casa de su amo era propiedad de los Careaga y la habitaban españoles recién venidos de la península. Su secreto bajo juramento lo transmitió a su hijo mayor a fin de que lo revelara a los hijos del amo cuando vinieran; pero éstos nunca llegaron. El hijo transmitió a su vez el secreto a los suyos quienes lo legaron a sus descendientes, en que según se los había dicho un Padre Morales, el dinero pertenece a sus futuras generaciones.

     La tradición se conserva como un secreto y quien lo narra, sostiene conocer el sitio preciso; pero espera que sus hijos que se hayan en los Estados Unidos, obtengan el dinero suficiente para comprar la casa y disfrutar lo que por derecho les pertenece, como herencia bien ganada de uno de sus abuelos.

     Refiere la persona poseedora del secreto, que desde hace casi dos siglos, es costumbre entre ellos, rezar a las once de la noche, tres padres nuestros y un Ave María, por el alma de don Gerónimo que murió sin confesión."


     Si te interesa saber más sobre este tema te recomiendo el libro fuente de esta entrada: "León su Fundación y sus Túneles" de Gilberto Guerra Mulgado, aquí en León lo puedes conseguir en el Archivo Histórico o en el Instituto Cultural de León.

Catedral Basilica de León Gto.